La malla curricular de la reforma "Siñani-Pérez" y el concepto de "educación única"
Miguel Lora Ortuño
La reforma "Siñani-Pérez" señala que la educación será única porque la malla curricular básica será igual para la educación urbana, rural, privada, pública y de convenio. Se admitirán diferencias solamente en la contextualización según el medio geográfico donde se desarrolla la actividad educativa.
La política educativa del gobierno es más tolerante con la educación privada cuando señala que ésta pueden ampliar cargas horarias y/o contenidos programáticos, con la finalidad de optimizar el aprendizaje de los alumnos, a condición de que se cumplan los planes y programas oficiales que se basan en las cuatro áreas de conocimiento que establece la reforma "Siñani - Pérez" y su malla curricular: cosmos y pensamiento, comunidad y sociedad, tierra y territorio, ciencia tecnología y producción.
Este concepto de educación única también supone, según el gobierno, un maestro único; por lo que se suprimirá la diferencia actual de maestros urbanos y rurales, aunque permanecerán los sueldos diferenciados de acuerdo a factores como la distancia, la accesibilidad a las regiones, las condiciones de salubridad, la existencia o no de servicios básicos (agua, luz, teléfono, etc.) en las regiones y otros.
Estas modificaciones en la malla curricular, según el gobierno, acabarán con toda forma de educación discriminadora y colonizadora, como si estas manifestaciones de la opresión de las nacionalidades nativas dependieran exclusivamente de la educación.
Originalmente, en el país fue planteada la consigna de la "educación única" por las corrientes más avanzadas del liberalismo, a fines del siglo XIX y principios del XX, entendida como una sola educación administrada, financiada y orientada por el Estado, en consonancia con el principio constitucional de que la educación "es la más alta función del Estado".
Esta consigna democrática implicaba la negación de la educación privada y de aquella en manos de las sectas religiosas y de los municipios.
El gobierno del MAS introduce una interpretación particular del concepto de "educación única" para terminar caricaturizándolo. La supervivencia de la educación en manos de la empresa privada, de las sectas religiosas y de las transnacionales mantendrá la actual característica de una educación discriminadora y colonizadora.
Los hijos de la clase dominante y de las capas superiores de la clase media seguirán asistiendo a las escuelas privadas que, económica y tecnológicamente, seguirán impartiendo una educación de diferente calidad a la educación fiscal que permanentemente se ve privada de una adecuada infraestructura, de medios tecnológicos, de bibliotecas, de ítems de nueva creación, etc.
Los centros educativos en manos de las corrientes religiosas seguirán subordinando los contenidos curriculares a sus interese económicos y, particularmente, orientarán los contenidos curriculares a sus preferencias religiosas.
Una vez más, cuando habla de educación única y descolonizadora, el gobierno ofrece gato por liebre. Pretende mostrar como una gran "revolución educativa" una impostura que terminará subordinando la educación a los intereses de la escuela privada, de la clase dominante y, en última instancia, del imperialismo.
Dos posiciones opuestas
La burocracia sindical oficialista está comprometida con el gobierno y sólo buscar "respaldo en las bases" a título de socialización de la nueva malla curricular.
La oposición revolucionaria encarnada en la Federación de Maestros Urbanos de La Paz respeta las resoluciones de congresos nacionales en sentido de rechazar la reforma de manera global y, por tanto, también su malla curricular.
El magisterio urbano nacional, a diferencia del rural, ha rechazado la globalidad de la reforma educativa "Siñani - Pérez" en el Congreso Especializado de Educación realizado en la ciudad de Sucre, posición que ha sido ratificada por el último Congreso Ordinario realizado en la ciudad de Tarija. Es el único sector que ha fundamentado teóricamente su posición frente a la reforma indigenista y ha sostenido que, como las anteriores reformas, no resuelve las causas de la crisis de la educación nacional; por otra parte, ha señalado que se trata de una concepción educativa retrógrada, subjetiva unilateralmente etnocentrista y que afecta duramente a todas las conquistas más avanzadas de la educación y del magisterio.
Ha señalado que, en consonancia de visión de país que plantea el MAS, fatalmente termina en la descentralización de la educación y destruye el Escalafón Docente del Magisterio Nacional al atribuir excesivo poder de control político a las direcciones de las llamadas "organizaciones sociales", extremo totalmente ratificado en la última huelga donde estas organizaciones han reprimido a los maestros que acataron el paro de actividades, al disponer que, a partir de la promulgación de la Ley, las escuelas normales promocionarán "licenciados", subalternizando al maestro normalista, el nivel profesional especializado en educación según el Escalafón.
Siendo esa la posición oficial del magisterio urbano nacional, la burocracia sindical oficialista concurre optimista a la convocatoria para la elaboración de la nueva malla curricular de la reforma educativa "Siñani - Pérez" designando a dedo, de entre sus parciales, a los "sabios" bien pagados que han tenido la tarea de llevar adelante ese trabajo.
Posteriormente acuden al congreso convocado por el gobierno para validar la nueva malla curricular con la finalidad de ponerla en práctica a partir de la siguiente gestión, con carácter experimental en 250 unidades de todos los niveles y modalidades educativas.
Sólo por temor a la reacción de las bases, la burocracia (muy cuestionada, al extremo de que pierde las elecciones en Cochabamba y se ve obligada a recurrir a un escandaloso fraude para retener el control de la Federación) adopta la pose de decir que el encuentro de La Paz no puede validar la nueva malla curricular sin que baje a conocimiento de las bases.
La maniobra es clara: no existe la intención de que realmente las bases discutan ese documento. Como en Cochabamba, se convoca a un congreso especializado de manera precipitada, sin que la malla curricular sea del conocimiento de las células sindicales. Abren las puertas de congreso para la presencia preeminente del SEDUCA y de las direcciones distritales y, en plena conclusión del año lectivo, cuando el magisterio se encuentra atareado con las actividades de fin de año, fabrica el congreso departamental para que una camarilla previamente digitada decida "aprobar" la nueva malla curricular a nombre de todo el magisterio cochabambino. De ese modo, los sirvientes del gobierno habrán cumplido a cabalidad el sucio papel de proxenetas.
La posición revolucionaria, consecuente con las resoluciones de congresos nacionales, no ha concurrido a la elaboración de la malla curricular y tampoco al último evento para validarla; por el contrario, ha iniciado un debate desde afuera denunciando la conducta traidora de los dirigentes nacionales y cuestionando teóricamente los llamados "principios" de la nueva malla curricular.
Se ha señalado que la reforma oficialista no sólo es retrógrada, sino que no va más allá del conductismo capitalista cuando postula la "Educación para la producción". Además, la malla curricular, igual que el conjunto de la educación capitalista, conduce a la súper especialización al instituir el bachillerato técnico - humanístico en una cantidad frondosa de 21 especialidades.
La reforma "Siñani-Pérez" señala que la educación será única porque la malla curricular básica será igual para la educación urbana, rural, privada, pública y de convenio. Se admitirán diferencias solamente en la contextualización según el medio geográfico donde se desarrolla la actividad educativa.
La política educativa del gobierno es más tolerante con la educación privada cuando señala que ésta pueden ampliar cargas horarias y/o contenidos programáticos, con la finalidad de optimizar el aprendizaje de los alumnos, a condición de que se cumplan los planes y programas oficiales que se basan en las cuatro áreas de conocimiento que establece la reforma "Siñani - Pérez" y su malla curricular: cosmos y pensamiento, comunidad y sociedad, tierra y territorio, ciencia tecnología y producción.
Este concepto de educación única también supone, según el gobierno, un maestro único; por lo que se suprimirá la diferencia actual de maestros urbanos y rurales, aunque permanecerán los sueldos diferenciados de acuerdo a factores como la distancia, la accesibilidad a las regiones, las condiciones de salubridad, la existencia o no de servicios básicos (agua, luz, teléfono, etc.) en las regiones y otros.
Estas modificaciones en la malla curricular, según el gobierno, acabarán con toda forma de educación discriminadora y colonizadora, como si estas manifestaciones de la opresión de las nacionalidades nativas dependieran exclusivamente de la educación.
Originalmente, en el país fue planteada la consigna de la "educación única" por las corrientes más avanzadas del liberalismo, a fines del siglo XIX y principios del XX, entendida como una sola educación administrada, financiada y orientada por el Estado, en consonancia con el principio constitucional de que la educación "es la más alta función del Estado".
Esta consigna democrática implicaba la negación de la educación privada y de aquella en manos de las sectas religiosas y de los municipios.
El gobierno del MAS introduce una interpretación particular del concepto de "educación única" para terminar caricaturizándolo. La supervivencia de la educación en manos de la empresa privada, de las sectas religiosas y de las transnacionales mantendrá la actual característica de una educación discriminadora y colonizadora.
Los hijos de la clase dominante y de las capas superiores de la clase media seguirán asistiendo a las escuelas privadas que, económica y tecnológicamente, seguirán impartiendo una educación de diferente calidad a la educación fiscal que permanentemente se ve privada de una adecuada infraestructura, de medios tecnológicos, de bibliotecas, de ítems de nueva creación, etc.
Los centros educativos en manos de las corrientes religiosas seguirán subordinando los contenidos curriculares a sus interese económicos y, particularmente, orientarán los contenidos curriculares a sus preferencias religiosas.
Una vez más, cuando habla de educación única y descolonizadora, el gobierno ofrece gato por liebre. Pretende mostrar como una gran "revolución educativa" una impostura que terminará subordinando la educación a los intereses de la escuela privada, de la clase dominante y, en última instancia, del imperialismo.
Dos posiciones opuestas
La burocracia sindical oficialista está comprometida con el gobierno y sólo buscar "respaldo en las bases" a título de socialización de la nueva malla curricular.
La oposición revolucionaria encarnada en la Federación de Maestros Urbanos de La Paz respeta las resoluciones de congresos nacionales en sentido de rechazar la reforma de manera global y, por tanto, también su malla curricular.
El magisterio urbano nacional, a diferencia del rural, ha rechazado la globalidad de la reforma educativa "Siñani - Pérez" en el Congreso Especializado de Educación realizado en la ciudad de Sucre, posición que ha sido ratificada por el último Congreso Ordinario realizado en la ciudad de Tarija. Es el único sector que ha fundamentado teóricamente su posición frente a la reforma indigenista y ha sostenido que, como las anteriores reformas, no resuelve las causas de la crisis de la educación nacional; por otra parte, ha señalado que se trata de una concepción educativa retrógrada, subjetiva unilateralmente etnocentrista y que afecta duramente a todas las conquistas más avanzadas de la educación y del magisterio.
Ha señalado que, en consonancia de visión de país que plantea el MAS, fatalmente termina en la descentralización de la educación y destruye el Escalafón Docente del Magisterio Nacional al atribuir excesivo poder de control político a las direcciones de las llamadas "organizaciones sociales", extremo totalmente ratificado en la última huelga donde estas organizaciones han reprimido a los maestros que acataron el paro de actividades, al disponer que, a partir de la promulgación de la Ley, las escuelas normales promocionarán "licenciados", subalternizando al maestro normalista, el nivel profesional especializado en educación según el Escalafón.
Siendo esa la posición oficial del magisterio urbano nacional, la burocracia sindical oficialista concurre optimista a la convocatoria para la elaboración de la nueva malla curricular de la reforma educativa "Siñani - Pérez" designando a dedo, de entre sus parciales, a los "sabios" bien pagados que han tenido la tarea de llevar adelante ese trabajo.
Posteriormente acuden al congreso convocado por el gobierno para validar la nueva malla curricular con la finalidad de ponerla en práctica a partir de la siguiente gestión, con carácter experimental en 250 unidades de todos los niveles y modalidades educativas.
Sólo por temor a la reacción de las bases, la burocracia (muy cuestionada, al extremo de que pierde las elecciones en Cochabamba y se ve obligada a recurrir a un escandaloso fraude para retener el control de la Federación) adopta la pose de decir que el encuentro de La Paz no puede validar la nueva malla curricular sin que baje a conocimiento de las bases.
La maniobra es clara: no existe la intención de que realmente las bases discutan ese documento. Como en Cochabamba, se convoca a un congreso especializado de manera precipitada, sin que la malla curricular sea del conocimiento de las células sindicales. Abren las puertas de congreso para la presencia preeminente del SEDUCA y de las direcciones distritales y, en plena conclusión del año lectivo, cuando el magisterio se encuentra atareado con las actividades de fin de año, fabrica el congreso departamental para que una camarilla previamente digitada decida "aprobar" la nueva malla curricular a nombre de todo el magisterio cochabambino. De ese modo, los sirvientes del gobierno habrán cumplido a cabalidad el sucio papel de proxenetas.
La posición revolucionaria, consecuente con las resoluciones de congresos nacionales, no ha concurrido a la elaboración de la malla curricular y tampoco al último evento para validarla; por el contrario, ha iniciado un debate desde afuera denunciando la conducta traidora de los dirigentes nacionales y cuestionando teóricamente los llamados "principios" de la nueva malla curricular.
Se ha señalado que la reforma oficialista no sólo es retrógrada, sino que no va más allá del conductismo capitalista cuando postula la "Educación para la producción". Además, la malla curricular, igual que el conjunto de la educación capitalista, conduce a la súper especialización al instituir el bachillerato técnico - humanístico en una cantidad frondosa de 21 especialidades.
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