Multitudinaria marcha popular opaca a la movilización oficialista
Actualizado el 2012-05-15 a horas: 23:11:14
MIENTRAS LOS COCALEROS VIVABAN A EVO EN LA CIUDAD DE COCHABAMBA, EN BULO BULO ERRADICABAN SUS COCALES
Multitudinaria marcha popular opaca a la movilización oficialista
Miguel Lora Ortuño *
El vicepresidente García Linera ha hecho un desesperado llamado a “las organizaciones sociales” a salir a las calles para defender al gobierno y al “proceso de cambio”, pero las movilizaciones oficialistas en Oruro, Sucre y Cochabamba han sido un fracaso por sus miserables convocatorias. En Cochabamba los masistas apenas reunieron a 6 mil personas, la mayoríacocaleros que marcharon obligados y bajo amenaza de multas.
Tres son las vertientes de grandes movilizaciones que coinciden en el tiempo y en un solo escenario: La terca protesta de los trabajadores salubristas, médicos y universitarios del país; la movilización de la COB por el incremento de sueldos y salarios de acuerdo a la canasta familiar; y la IX marcha indígena por la defensa del TIPNIS.
Los ritmos de las movilizaciones en sus tres componentes no van parejos; el sector de salud –potenciado por las universidades- toma la delantera protagonizando encarnizados enfrentamientos con las fuerzas del orden, exigiendo la derogatoria del decreto 1126 y la modificación de la Ley Financial que provoca un éxodo masivo de docentes de las universidades públicas. Los sectores de la COB que rechazan el 8% de incremento salarial encuentran dificultades, sobre todo aquellos ligados directamente al proceso productivo (mineros, fabriles, constructores, etc.), en tanto que los maestros se incorporan gradualmente a la lucha acompañando en las calles a los más radicales. El movimiento indígena se afirma poco a poco y va venciendo los obstáculos que ha tendido el gobierno para impedir su continuidad.
La característica diferencial de este proceso con referencia a los anteriores es que rápidamente los actores, a pesar de la disparidad en sus objetivos, tienden a unificarse en un poderoso torrente que cuestiona al gobierno y al Estado. El factor que permite la convergencia de los diferentes sectores es de naturaleza subjetiva, se trata del repudio cada vez más creciente al gobierno incapaz y demagogo del MAS.
Por las declaraciones últimas del Ministro de Gobierno, parece que el Ejecutivo no acaba de comprender que las movilizaciones se desarrollan en un contexto político caracterizado por el alejamiento acelerado de las masas de la influencia política y el control del oficialismo. Esforzándose por minimizar la actual tensión social, Romero ha señalado que simplemente se trata de pequeños movimientos que terminan sincronizándose en el tiempo y que los objetivos que enarbolan ya han sido resueltos por el gobierno.
El Ministro intenta disimular los efectos corrosivos de la movilización popular –cada vez más agresiva- al interior del aparato gubernamental y del oficialismo en su conjunto, que día que pasa se siente más cercado y forzado a echar mano de la brutal represión policial.
En los últimos días, García Linera ha hecho un desesperado llamado a “las organizaciones sociales” a salir a las calles para defender al gobierno y al “proceso de cambio”, pero las movilizaciones oficialistas en Oruro, Sucre y Cochabamba han sido un fracaso por sus miserables convocatorias y porque no han logrado amedrentar o neutralizar a los combatientes.
En Cochabamba, los masistas pensaban reunir a por lo menos 60 mil personas, como lo hicieron ya en anteriores oportunidades, pero lograron concentrara no más de 6 mil, muchos de ellos cocaleros que marcharon bajo amenazas de multas de 300 y 500 bolivianos, y a poquísimos campesinos, funcionarios de la Alcaldía, de la Gobernación y de otras reparticiones del Estado.
Como siempre ocurre, los manifestantes obligados con multas y amenazas, recorrieron las calles con rostros mustios, a pesar del esfuerzo que hacían los bullangueros “operadores” del oficialismo por hacer gritar consignas de apoyo al gobierno. Tan pronto llegaban a la plaza principal, los marchistas se dispersaban por las calles aledañas convirtiendo el centro de la ciudad en un inmenso mercado de comidas, sin prestar atención a las arengas de sus dirigentes en el “cabildo”. La prensa reveló que el senador masista Mendoza terminó de redactar el documento de resoluciones del cabildo en reparticiones de la Alcaldía, antes de que empiecen a hablar los oradores. Así fabrica el oficialismo sus “movilizaciones”.
Dos días después, el viernes 11 de mayo, el mismo escenario del centro de la ciudad fue totalmente distinto, cuando una impresionante multitud de salubristas, médicos, universitarios, maestros y sectores laborales, delirantes, fustigaron duramente al gobierno y exigieron nuevamente la abrogatoria del decreto 1126 y la anulación de la Ley Financial, y rechazaron el incremento salarial del 8%.
La masa enardecida advertía que ni la represión, ni los encarcelamientos de los dirigentes, ni los descuentos de sueldos los amedrentaban. Dirigentes del magisterio y de los universitarios lanzaron la consigna de tomar La Paz en una masiva marcha nacional, consigna que rápidamente fue apropiada por los movilizados. La masa presente, en cada pausa de los oradores, repetía: “Si Evo no puede gobernar, que se vaya”.
Los cocaleros marchan por Evo y en Bulo Bulo erradican sus cocales
Los productores de coca de la zona de Bulo Bulo, al igual que los de las demás federaciones, fueron obligados a trasladarse a Cochabamba para marchar en apoyo al gobierno y al “proceso de cambio”. Muchos de ellos cumplieron con la obligación de mala gana, temerosos de ser sancionados con multas y, en el peor de los casos, de perder sus catos de coca. En la misma hora que marchaban en la capital, un contingente de UMOPAR se hizo presente sorpresivamente en Bulo Bulo para proceder con su trabajo sin dilación alguna. Parece un chiste de mal gusto, pero es la pura verdad.
La respuesta no se dejó esperar, los cocaleros se organizaron rápidamente y resistieron con escopetas, palos y piedras, hasta hacer retroceder a los erradicadores, con el saldo de varios heridos en ambos bandos.
El gobierno dispuso la investigación inmediata para identificar a los productores de coca que, en una actitud legítima, defendieron sus plantaciones, con la finalidad de procesarlos en la justicia ordinaria. El Ejecutivo pidió a las autoridades judiciales que sancionen a los rebeldes de manera ejemplar para que en el futuro ningún cocalero se atreva a enfrentarse a las fuerzas del orden.
Las “sanciones ejemplarizadoras” y los castigos bárbaros fueron muy comunes en el coloniaje y durante la República, para escarmentar a los insurrectos contra el orden social imperante. El gobierno del MAS que dice representar los intereses de los indígenas y campesinos, de la manera más impúdica, aplica los métodos más crueles contra los que se atreven a revelarse por la defensa de sus derechos.
Este gobierno, con la finalidad de cumplir disciplinadamente con la política antidroga del imperialismo, empieza a usar la violencia para erradicar las plantaciones de coca. Lo que corresponde es que los productores se organicen para defender con la acción directa el libre cultivo, comercialización y la industrialización de la hoja de coca.
* Dirigente del POR y de la Federación de Maestros Urbanos de Cochabamba.
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