LA BOLIVIA PRODUCTIVA: ENTRE EL DISCURSO Y LA REALIDAD

LA BOLIVIA PRODUCTIVA: ENTRE EL DISCURSO Y LA REALIDAD Por: Phuru Runa Desde el 2006 el gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS), marco una tendencia muy particular de gobierno digno de incluirse en el libro el Mundo al Revés de Eduardo Galeano. En el denominado Proceso de Cambio, todo cambia pero al revés, el desarrollo de la ciencia se desdeña en pro de los conocimientos ancestrales naturalistas, la mística reemplaza al conocimiento, el discurso sustituye la teoría, el simbolismo suple a la realidad, la realidad se amolda al discurso. En esta corriente post modernista, los “izquierdistas del proceso” se especializan en cambiar la realidad económica y social a través del uso de un nuevo léxico, su comprensión de la realidad pasa a través del uso de nuevas palabras con nuevos significados, algo así como “cambias la palabras ergo cambias la realidad”. En ese afán ahora la revolución es sustituida por “proceso de cambio”, La economía capitalista atrasada que convive con otros modos de producción es “Economía Plural”, la masa ahora es ”multitud”, la lucha de clases expresión de las contradicciones de la sociedad capitalista se los denomina “tensiones creativas”, incluso con solo aumentar una la letra la “s” a las palabras se puede cambiar la realidad y comprenderla, pues ahora el sujeto histórico en el capitalismo, la clase obrera es reemplazada por los “sujetos” históricos, o sea otras clases sociales que pueden ser revolucionarias . En esta tónica la intención es deformar la realidad poniendo un velo revolucionario moderno y ficticio, para ocultar el carácter capitalista y burgués de viejo cuño del gobierno. Pero estas reflexiones que parecen ajenas al diario vivir de los bolivianos, se manifiesta en el discurso y en las acciones del gobierno del MAS que afectan directamente a los trabajadores bolivianos. El MAS es un gobierno de discursos grandilocuentes, a veces radicales con fraseología revolucionaria sacada de contexto que contrastan con las medidas de corte capitalista en contra de los explotados de este país. En esta práctica novedosa del proceso de cambio, la Bolivia Productiva del Plan Nacional de Desarrollo donde se plantea la intervención del Estado en la producción y en la regulación del Comercio para salir del papel del ser un país primario exportador, también adquiere una particular característica entre el discurso y la realidad, aquí algunos ejemplos La simple compra de acciones a las empresas transnacionales se la denomina pomposamente “nacionalización”, aun cuando la toma de las instalaciones se la efectúe con el ejército sin enemigos armados con quien combatir, show mediático como muchos otros, solo esconde el el carácter capitalista del gobierno. El caso de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) es ejemplificador de ello. El Estado a través de YPFB es dueño de los recursos hidrocarburíferos, irónicamente la empresa de los bolivianos no produce ni gas ni petróleo, la nueva modalidad de nacionalización se circunscribe a la apropiación de parte del excedente. Quien produce y controla los campos hidrocarburíferos son las transnacionales, las mismas que tienen de su parte los recursos económicos, humanos, tecnología, conocimiento y el recurso natural (Gas o petróleo); YPFB es un simple administrador con un gran aparato burocrático, elevados sueldos con corrupción incluida, peculiar forma de nacionalizar. El gasolinazo es “nivelación de precios”, en parte verdad pues la nivelación busco beneficiar a las transnacionales para incentivar y reponer las inversiones de las transnacionales y a quienes el Estado compra la gasolina a precios internacionales. La minería parecería ser la excepción sin embargo el principal Yacimientos, San Cristóbal, es explotada por una transnacional japonesa, el mineral la exporta en estado natural tal como lo hace las empresas mineras privadas, pequeñas medianas grandes. Huanuni y recientemente Colquiri son nacionalizaciones producto de la presión de los trabajadores y sus movilizaciones y no así del Estado interventor de la Bolivia Productiva, que prefiere mantener el régimen capitalista de explotación actual con una Ley Minera redactada por empresarios mineros y transnacionales del “periodo neoliberal” a los que líricamente ataca. Esta ley no sufrió cambios en los tiempos de cambio, después de todo la gran empresa privada extractora de recursos naturales no renovables es parte constitutiva de la Economía Plural. El Estado interventor es en los hechos “Estado competidor” en una economía de mercado, en el sector industrial la intervención del Estado en la producción manufacturera es una quimera aunque se presente como un símbolo del Estado Productor. PAPELBOL, produce corrupción pero no papel, pues la planta no está instalada pese a la compra de maquinaria de segunda mano en un negociado de primera. CARTONBOL y LACTEOSBOL tienen producción irrelevante y la Empresa de Cementos de Bolivia ECEBOL es solamente nombre. La Empresa de Boliviana de Almendra (EBA) es la única que después de un largo proceso deficitario efectúa exportaciones de un producto primario que se basa en la recolección, la castaña, con mercado internacional casi cautivo La recientemente creada ENATEX al fragor de la presión de los trabajadores por no perder sus fuentes laborales, es típico ejemplo de la política productiva de Evo Morales, donde se inicia por el final y se finaliza por el principio, se crea la empresa en el papel pero no con maquinaria ni instalaciones, las mismas se alquilan a AMETEX para luego en un futuro comprarla, se prevé producir sin tener mercados, pero eso si infaliblemente se está ampliando el aparato burocrático de la empresa. El discurso es una cosa y otra es la realidad, en el discurso estamos en proceso de transición a una economía social comunitaria, de la mano de las organizaciones sociales del MAS pertenecientes a medianos y pequeños propietarios de medios de producción, sectores en los cuales la explotación a los trabadores es mayor. La realidad es que el carácter de clase burgués del MAS hace necesario para su supervivencia la preservación del capitalismo y del estado neoliberal pero con la careta del proceso de cambio, ello con la intención de potenciar a la burguesía nativa como sujeto histórico, pues tiene la ilusión que la burguesía nacional pueda desarrollar el país. La Economía Plural no llega ni siquiera a la categoría de Capitalismo de Estado, el Estado interventor del MAS es deformado, pues no controla ni produce los recursos estratégicos de Bolivia y aquellos sectores importantes de la economía. El discurso no crea riqueza ni disminuye la pobreza, pues nuestro papel de productor primario exportador se está acentuando consecuencia de una burguesía incapaz de cumplir su rol histórico. Como diría Eduardo Galeano “No acaban con la pobreza, no nos sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá”

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