CONSTRUIR UN PARTIDO DE LOS TRABAJADORES, PARA LA CONQUISTA DEL PODER Y LA CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES CONSTRUIR UN PARTIDO DE LOS TRABAJADORES, PARA LA CONQUISTA DEL PODER Y LA CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO CRISIS DEL CAPITALISMO MUNDIAL: El capitalismo mundial atraviesa el periodo de su más profunda crisis histórica. El desarrollo de las fuerzas productivas sociales ha llegado a un punto que permitiría resolver los problemas más acuciantes del género humano (empleo, alimentación, vivienda, salud, educación, descanso y desarrollo cultural), estamos en el periodo de agonía del capitalismo. Sin embargo, ello es totalmente inviable en el marco de la propiedad privada capitalista de los grandes medios de producción (minas, fabricas, etc.). La producción mundial es de carácter social, y la apropiación de la riqueza creada por los obreros e intelectuales es de carácter privado, en favor de los explotadores capitalistas. Ante la madurez de las condiciones objetivas para la revolución social a nivel mundial, las condiciones subjetivas resumidas en el fortalecimiento de la conciencia de clase del proletariado y la construcción de su estructura política para liderar el proceso revolucionario hacia la liquidación del capitalismo se ha convertido en la tarea fundamental del proletariado y de sus capaz más avanzadas, en Bolivia y a nivel mundial. Es la agudeza de las contradicciones de clase entre capitalistas y trabajadores la que en definitiva determinará si el capitalismo puede una vez más rearticularse y hacer pagar la crisis a los trabajadores; o si serán los trabajadores los que tomen el poder e inicien la construcción de una nueva sociedad. Con justicia, los documentos políticos de los últimos congresos de la FSTMB y COB señalan que “El imperialismo es la fuerza regresiva y contrarrevolucionaria que se opone a las aspiraciones de liberación económica y social de los pueblos.” “En este siglo XXI el capitalismo ha confirmado su carácter destructivo y enemigo de la humanidad.” Hasta hace poco, política e ideológicamente, el período estaba dominado por el llamado “fin del socialismo”. La restauración capitalista en la ex URSS, China y Europa del Este, llamada a abrir una nueva era histórica de acumulación (expansión) de capital, se ha convertido sin embargo en un factor poderoso de la crisis mundial, aunque apareciera, en una primera etapa, como su contrario: una salida para un capital que conquistaba un área de enormes dimensiones para el campo de la explotación capitalista. Ese proceso no se puede comparar con la incorporación de nuevos mercados en el período de ascenso del capitalismo, pues ocurría en la época de su decadencia y sobre la base de la destrucción de conquistas sociales extraordinarias de los Estados Obreros. La producción a bajo costo, especialmente de China, agravó la crisis mundial de sobre producción. De salida para el capital, el mal llamado “fin del socialismo” agravó al máximo sus contradicciones. La convulsión en el mundo contemporáneo marca claramente una transición desde el período previo, dominado por los efectos directos del colapso de la Unión Soviética, a un nuevo ascenso internacional de luchas nacionales y sociales, una polarización de las fuerzas sociales que avanza hacia grandes confrontaciones en todo el mundo. Ya no hay espacio para concesiones históricas a la clase obrera, como sucedió después de la Segunda Guerra Mundial; por el contrario, la salvación del capital financiero es compensada por la destrucción de los servicios públicos (educación, salud, jubilaciones públicas) y de las condiciones de vida de la población empobrecida. En las últimas décadas, hubo efectivamente un reflujo del movimiento obrero y la conciencia de clase, un fortalecimiento de su dominación ideológica, especialmente después del colapso de la Unión Soviética. Pero no aconteció un retroceso histórico de la magnitud del ocurrido en los años de triunfo del fascismo en Europa. Por el contrario, lo que se manifiesta es la creciente incapacidad de la clase dirigente para gobernar en medio a sus irresolutas contradicciones políticas y económicas, mientras la capacidad de combate y el potencial político transformador de la clase obrera y los explotados no fueron destruidos. La crisis del capital es una transición, una etapa de la tendencia al colapso de las relaciones sociales capitalistas, el punto alto de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, premisa histórica de la revolución social. La presión que sufre el Estado para nacionalizar (con indemnización) gran parte de la banca y la industria politiza la bancarrota capitalista, que se transforma en cuestión de poder para todas las clases sociales, incluida la burguesía. El rescate estatal, recurso del capital, amenaza, contradictoriamente, con la bancarrota del propio Estado y del Banco Central, bajo la forma de una inflación galopante, es decir, la crisis monetaria, la pérdida de control sobre la moneda. Quedaron al desnudo las limitaciones insalvables de la intervención del Estado para rescatar a la economía mundial de la bancarrota y recomponer las mismas bases que produjeron su estallido. La gigantesca emisión de moneda por parte de los bancos centrales, para socorrer al sistema financiero, sirvió para financiar un nuevo proceso especulativo. Con tasas de interés cercanas a cero, los fondos financieros se volcaron a las Bolsas y al mercado de títulos públicos, para inflar sus balances deteriorados con ganancias especulativas. El sistema fiscal fue forzado la incurrir en un nuevo endeudamiento para absorber los fondos generados por los rescates. Los estímulos del Estado para neutralizar la recesión fueron financiados por medio de ese mecanismo especulativo. Después de su inicio en los EEUU en 2007, la manifestación de la tendencia al colapso del capital mundial, la crisis de la zona euro a partir del derrumbe fiscal de Grecia, inició el período de las “crisis soberanas”, poniendo en tela de juicio a todo el sistema bancario, propietario de la deuda pública. El aspecto estratégico (histórico) de la presente bancarrota capitalista es que se desarrolla en la época de decadencia histórica del capitalismo. Entre lo nuevo que todavía no se explicita, y lo viejo ya quebrado, pero todavía no substituido, se desenvuelve la crisis, o sea, la transición hacia un futuro indeterminado, pero diseñado por la propia crisis y la lucha de clases. El capital ha procurado valorizarse ficticiamente, llegando a un callejón sin salida: su crisis es la manifestación de la vigencia de la ley del valor. La devaluación del conjunto de los capitales mundiales frente al oro (del orden del 85%) mide el nivel de desvalorización del capital que precedió la presente crisis: la bancarrota capitalista mundial representa el desenvolvimiento de una transición histórica al socialismo o a la barbarie, será una perspectiva socialista en la medida de estructurar la dirección revolucionaria de la clase obrera. LA CRISIS DEL CAPITALISMO EN AMÉRICA LATINA: América Latina, que incluye algunos de los llamados “mercados emergentes” (Brasil), conoció un desempeño económico convulsivo en el último período, con caídas y altas abruptas de su PBI, lo que ponía en evidencia a economías con bajo grado de autonomía (financiera, industrial y comercial), altamente dependientes de las inflexiones del mercado mundial. Desde el punto de vista comercial, la dependencia de la región en relación a los EEUU y Europa continuó: más de 65% de las exportaciones latinoamericanas dependían de esas dos regiones, seguidas por Asia y la propia América Latina. El desarrollo creciente de la contradicción entre la acumulación más rápida del capital financiero respecto del productivo; entre éste y la tasa menor de producción corriente; entre ésta y el menor consumo de las masas; entre la progresión geométrica de la renta financiera y el rezagado beneficio productivo; entre todo esto y la rentabilidad capitalista en su conjunto (no solamente la rentabilidad media sino también la de los monopolios); la agudización cada vez más intensa del conjunto de estas contradicciones; esto es lo que caracteriza a la crisis actual y a la etapa histórica de la descomposición capitalista. En nuestro continente, la crisis mundial capitalista se descarga en las espaldas de los trabajadores y en los estómagos de sus hijos por medio de los impuestazos camuflados de procesos inflacionarios de dos dígitos (Brasil, Argentina, Venezuela), devaluaciones de las monedas nacionales con el dólar, persistencia de enormes masas de trabajadores “por cuenta propia”, “tercerizados” totalmente desprotegidos del Sistema de Seguridad Social, persistencia de elevados porcentajes de desempleo abierto, fundamentalmente de personas jóvenes en edad de trabajar, criminalización de las protestas de los pobladores de favelas y villas miseria ante situaciones totalmente insostenibles de carencia de trabajo, una vivienda digna, salud y educación, seguridad ciudadana totalmente desarticulada ante el avance de la militarización de la “guerra contra las drogas”, manipulada por el imperialismo y el narcotráfico como forma de intervención militar en nuestros países. En esta coyuntura, los gobiernos nacionalistas, indigenistas, de “centro-izquierda”, etc., no han hecho sino actuar como factores de contención ante la radicalización de las masas que se organizan políticamente. América Latina no está fuera del escenario de crisis mundial: los Estados Unidos negocian la instalación de una base militar en el Chaco paraguayo (como también lo hacen en el Chaco argentino). Las tendencias que dividen al Mercosur y la Unasur no se limitan a una “guerra comercial”. Canadá (casa de los capitales de una empresa que busca instalar una planta de aluminio) y Alemania fueron (sin contar al Vaticano) los primeros países que reconocieron al nuevo gobierno (golpista) paraguayo de Franco; el embajador norteamericano visitó al golpista un poco antes del golpe. Sin hablar de la presencia militar anglosajona en las Malvinas, la pezuña imperialista ha empezado a presionar fuerte en América del Sur, donde está planteada una vasta lucha antiimperialista, a comenzar por la completa nacionalización de los recursos naturales y minerales y su puesta al servicio de los pueblos a través de un plan centralizado continental, en la perspectiva de la unidad socialista de América Latina. LA FORMACION SOCIAL BOLIVIANA: Bolivia no ha cambiado su situación de país capitalista atrasado y dependiente, determinado por la división capitalista internacional del trabajo. En los últimos años su sometimiento se ha profundizado aún más, en su condición de país de economía primario exportadora, con una estructura de desarrollo desigual entre las regiones y los sectores económicos, y de una economía combinada entre diferentes modos de producción, articulados al capitalismo como modo de producción dominante. De ésta posición dominante del capitalismo en la estructura de nuestra formación económica social, y de su condición de parte de la economía mundial capitalista, se deriva el carácter necesariamente socialista de la revolución boliviana. EL CARÁCTER DE LA REVOLUCION BOLIVIANA: El capitalismo mundial, desde que ingresó a su fase imperialista se ha convertido en una fuerza reaccionaria y conservadora. En el marco de la división internacional del trabajo impuesto por el imperialismo, persisten por tanto, muchas tareas democráticas burguesas enmarcadas en un pleno desarrollo nacional capitalista, que la burguesía nacional aliada al imperialismo ha sido incapaz de cumplir. Esa es la razón y causa de nuestro atraso capitalista. “La historia enseña que en la presente etapa en que se desintegra cada vez más la dominación imperialista, en la que se evidencia el indiscutible fracaso del neoliberalismo, del libre mercado y el Consenso de Washington” Y la vía de la revolución socialista no admite etapas y procesos de “intermediación” entre el capitalismo y el socialismo, no más procesos de cambio y ajustes reformistas del capitalismo propiciados por sus los aliados locales que conducen al fracaso de las luchas sociales y propician la rearticulación de las oligarquías nacionales e internacionales. “Las fuerzas revolucionarias de América Latina, al atacar al imperialismo, también se enfrentan a los “apoyos” internos de éste, que no son otros que las oligarquías serviles a las trasnacionales” LAS FUERZAS MOTRICES DE LA REVOLUCION SOCIALISTA EN BOLIVIA: El proletariado, por su condición de clase social explotada y desprovista de cualquier medio de sobrevivencia que no sea la venta su propia fuerza de trabajo, es la única clase social dispuesta a llevar a cabo la revolución hasta las últimas consecuencias, liberando en este proceso a todas las otras clases sociales de la explotación y opresión capitalista y del saqueo imperialista: “Proclamamos que el proletariado es el núcleo revolucionario por excelencia de los trabajadores bolivianos. Asumimos el papel dirigente de la revolución como genuinos representantes de los intereses nacionales. La alianza de obreros y campesinos con la gente pobre de las ciudades y con todas las fuerzas antiimperialistas y anticapitalistas es la garantía de la victoria.” “Los trabajadores… proclamamos que nuestra misión histórica, en el presente momento, es aplastar al capitalismo y a sus sirvientes nativos.” EL PROLETARIADO DEBE TOMAR EL PODER, DESTRUIR EL ESTADO CAPITALISTA, PARA LIQUIDAR DEFINITIVAMENTE EL ATRASO Y LA MISERIA CAPITALISTA. “No existe ninguna razón valedera para que los trabajadores y el pueblo se hagan ilusiones sobre el actual gobierno si efectivamente no avanzarnos en el camino de apropiarnos del proceso en la perspectiva de instaurar nuestro propio gobierno: el gobierno obrero, campesino y de las capas medias empobrecidas… las medidas de avance adoptadas por el gobierno, sólo podrán triunfar definitivamente a condición de que tal proceso pase realmente a manos del proletariado, campesinado y pueblo empobrecido. Únicamente por este camino las tareas nacionales serán transformadas en socialistas, permitiendo a Bolivia convertirse en una comunidad altamente industrializada en beneficio directo del pueblo.” “Las tareas democráticas, dentro de la definición del pueblo sobre la democracia: dictadura contra los opresores y amplia democracia para los hoy oprimidos, se realizarán en forma plena cuando el proletariado y el campesinado se conviertan en dueños del poder político, como portavoces de las capas medias empobrecidas y la nación oprimida.” Inaugurado un periodo de transición (Dictadura del Proletariado) hacia la sociedad sin clases sociales sobre la destrucción del Estado Capitalista. LOS TRABAJADORES NO DEBEN HACERSE MAS ILUSIONES CON EL ACTUAL GOBIERNO: Transcurridos ocho años del gobierno del MAS, denominado gobierno de los “movimientos sociales” y del “proceso de cambio”, éste ha llegado también a sus límites históricos y ha demostrado claramente su carácter capitalista. Las condiciones de vida de los trabajadores no ha mejorado a pesar de la supuesta “bonanza económica”, y el poder económico de la burguesía y de las transnacionales imperialistas más bien se ha consolidado. El gobierno del MAS ha vuelto a poner Bolivia en el redil de los países asesorados por el Fondo Monetario Internacional, las organizaciones de cooperación de países imperialistas como JICA- Japón, GTZ – Alemania, etc., y financiados con créditos usureros del Banco Mundial. “El nacionalismo… busca consumar asumiendo poses populistas, una serie de reformas estructurales, o sea, pretende superar las formas de producción atrasadas y dominadas con el modelo exportador de materias primas con la finalidad primordial de desarrollar el país, abrir campo a las inversiones foráneas (al capital financiero) y mantener indefinidamente el régimen capitalista que, en nuestro caso significa imponernos la condición de simples productores de materias primas para el mercado mundial”. No se transforma un país solo con reformas jurídicas que no liquidan la estructura capitalista de los principales medios de producción. CONSTRUIR EL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES, PARA LA CONQUISTA DEL PODER Y LA CONSTRUCCION DEL SOCIALISMO. Contra la fuerza social de las clases explotadoras, no puede actuar el proletariado como clase más que constituyéndose en partido político que represente su propio interés de clase explotada, opuesto a todos los partidos políticos creados por las clases explotadoras. Esta organización del proletariado en un partido político es indispensable para asegurar el triunfo de la revolución social y su objetivo final: la abolición de las clases sociales. La unión de las fuerzas del proletariado que ya se ha conseguido por medio de las luchas económicas, debe servir también como palanca para la lucha contra el poder político de sus explotadores. En vista de que los propietarios de la tierra y del capital, aprovechan siempre sus privilegios políticos (expresión de su poder económico) para salvaguardar y eternizar sus monopolios económicos y para la esclavización del trabajo, la conquista del poder político se plantea como la gran tarea del proletariado: “Para cumplir nuestra misión histórica, los trabajadores debemos contar con formas propias de organización: los sindicatos, el Partido de los Trabajadores como la dirección política revolucionaria del frente antiimperialista y anticapitalista”. “Para llegar al socialismo se plantea la necesidad de unir, previamente, a todas las fuerzas revolucionarias y antiimperialistas. El -Partido de los Trabajadores- a la cabeza del frente revolucionario antiimperialista es la alianza obrero-campesina junto a las masas de las ciudades y el campo, en el plano político. En el confluyen todas las corrientes sociales y políticas que pugnan por un cambio a fondo de la situación boliviana, con la sustitución de las estructuras caducas en sentido antiimperialista y anticapitalista. La expulsión del imperialismo y el capitalismo y la solución de las tareas nacionales y democráticas aún pendientes, harán posible la revolución socialista”. Sin una organización política revolucionaria de los trabajadores, el movimiento obrero está condenado a la impotencia, y jamás podrá cumplir con la gran misión histórica a la que esta llamada: emanciparse a sí misma y emancipar a todo el pueblo de su esclavitud política y económica. LA UNIÓN DE LA LUCHA SINDICAL Y POLITICA: Determinar acertadamente la relación entre la lucha económica y política, significa definir la relación entre sindicatos y el partido político de los trabajadores. Aun atribuyendo un enorme significado a la lucha económica (lucha por incrementos salarial, mejoras de las condiciones de trabajos, nuevas conquistas sindicales, etc.) del proletariado y a los sindicatos, es necesario subrayar la supremacía de la lucha política sobre la lucha económica, es decir, la primacía de carácter estratégico en lucha de clases por medio del partido político de los trabajadores. Ello no significa que los sindicatos deban transformarse en partido en un partido político o que deban adoptar un programa de partido político, como planteo la Internacional Comunista en sus tiempos revolucionarios “el sindicalista que no se plantee ningún objetivo de clase, es decir que no apuntan al derrocamiento del sistema capitalista son, pese a su composición proletaria, los mejores defensores del orden y del régimen burgués” En primer lugar hay que considerar que la organización económica (Sindicato) y política (Partido) tienen un solo y el mismo objetivo: la revolución socialista, pero cada uno avanza hacia ese mismo objetivo con sus propios métodos específicos de lucha. La supremacía de la lucha política sobre la economía, debe entenderse en el sentido de que; en primer lugar se plantean las tareas generales de clase social en los sindicatos (tareas políticas) y éstos se articulan con los objetivos particulares sectoriales y sindicales (demandas inmediatas de carácter económico); y, en segundo lugar, en el sentido de que el partido político del proletariado determina las tareas económicas y dirige la organización sindical misma, como una expresión del grado de conciencia de clase asumida por los trabajadores: “En el presente período, la clase obrera tiene que adquirir un alto grado organizativo y convertir sus direcciones nacionales, medias y de base, en centros de vanguardia revolucionaria, capacitadas para llevar el actual proceso hacía el socialismo. La capacidad combativa del movimiento obrero se mide por su conciencia, por su unidad, por la capacidad y calidad de sus aliados y por su capacidad de dirección. Si los trabajadores no cuentan con un comando probado y forjado al calor de la lucha, sólo encontrarán derrota tras derrota.” Y ese comando, es el partido político. Este postulado no rompe con el principio de independencia de clase del movimiento sindical: “Están equivocados aquellos que sostienen que las organizaciones sindicales deben limitarse a jugar el papel de sindicatos amarillos, es decir, circunscritos a la lucha puramente económica. Sin abandonar la brega por el aumento del pan cotidiano, los trabajadores debemos intervenir en la vida política del país en nuestra condición de vanguardia revolucionaria.”… “No debe olvidarse que la tragedia boliviana no es otra cosa que la ausencia, en unos casos, y debilidad, en otros, de fuertes organizaciones obreras y populares”. En este marco que dentro de las organizaciones sindicales propugnaremos la mayor democracia, la construcción de direcciones revolucionarias que respeten y defiendan a las y los trabajadores. EL CARÁCTER INTERNACIONAL DE NUESTRA LUCHA.- Cuando en Bolivia se instaure el gobierno obrero-campesino y se realice la revolución obrero-campesina, estamos seguros que las tropas imperialistas de EE.UU. (con su quinta flota o sus bases militares en la región en Colombia, Argentina) y de los otros países burgueses harán todos los esfuerzos para aplastar la revolución boliviana, es por ello que la misma subsistencia de la revolución nos obligará a trasformarnos en el foco que ilumine la revolución internacional. Por eso es que sería una verdadera ceguera poner en pie organizaciones revolucionarias solamente a nivel nacional, que no miren más allá de las fronteras nacionales. Tenemos que estar seguros que la revolución boliviana será internacionalista porque para triunfar necesita de la ayuda y de la solidaridad militante, como expresión de su integración a la economía mundial capitalista. Estamos frente a la urgente necesidad de poner en pie un Partido de los Trabajadores a nivel mundial, una Internacional Obrera, un Partido Revolucionario que luche por la Revolución Socialista Mundial, que dirija y oriente la lucha de los explotados de todas las latitudes del mundo contra la burguesía mundial que nos aplasta y explota a miles de millones de seres humanos. EL PERIODICO DEL PT. Es insustituible en la labor de estructuración partidista un periódico que oriente y dirija al conjunto de los militantes del país con sus respuestas revolucionarias para todos los sectores y en cada momento de la evolución política. Permite generalizar las experiencias de de lucha de todos los sectores y, al mismo tiempo es un gran organizador de revolucionarios y de las masas en los diferentes sectores. También se puede estudiar otros medios de difusión de la línea política revolucionaria, como son las radios sindicales, tan escuchada en todas las regiones mineras, los fabriles y campesinos y diferentes clases de la sociedad. El Comité de redacción de este periódico estará compuesto por representantes de todas las tendencias presentes en el PT. POR UN PROGRAMA DE REVOLUCIÓN SOCIAL El Programa del Partido de los Trabajadores rescata toda la tradición de lucha de los obreros y campesinos de nuestra patria, por la liberación nacional y la construcción de una sociedad socialista, y toma en cuenta a partir de ello, el grado de desarrollo de su conciencia de clase expresada en una serie de demandas urgentes e inaplazables. Responde a las condiciones objetivas de una sociedad capitalista atrasada, dependiente y de economía combinada como es la boliviana. Por ello, el Partido de los Trabajadores – PT se dota de un Programa que sirva para organizar la lucha de clases del proletariado, y para dirigir esa lucha, cuyo objetivo final es la toma del poder político y la instauración de una nueva sociedad socialista. Desde este punto de vista, el PT considera que nuestro Programa debe articularse en un sistema de demandas históricas de todos los trabajadores y explotados del país, y cuyas articulaciones y consecuencias modifiquen radicalmente la base material y la estructura social de nuestro país: la Industrialización sobre nuevas bases sociales: La industrialización integral de Bolivia representa el camino principal para la liquidación definitiva de nuestra dependencia, miseria y atraso del capitalismo, y por su alcance y consecuencias, representa el factor de mayor envergadura en la lucha antiimperialista de nuestro pueblo. Ni los gobiernos pequeños burgueses de izquierda, mucho menos los que representan directamente los intereses de la burguesía nacional, pudieron ni podrán jamás cumplir con una de sus máximas responsabilidades históricas: industrializar el país en el marco de la división internacional del trabajo, definido por el capitalismo imperialista. Las fallidas experiencias de los últimos ocho años han demostrado que ninguna industrialización es viable cuando se pretende incorporar en este proceso a sus principales enemigos: las empresas capitalistas multinacionales y sus testaferros nacionales. Esta tarea, que debió ser cumplida por la burguesía “nacional” con decenas de años en el poder desde 1825 a la fecha, ahora será encarada por los trabajadores con el PT en el poder, pero con sus propias características. De ahí deriva el carácter de clase de nuestro Programa de Emancipación Económica. Industrialización es un proceso de desarrollo económico en el cual una parte fundamental y determínate de los recursos nacionales son movilizados hacia el crecimiento y diversificación de la estructura económica nacional; caracterizada por un crecimiento elevado y sostenido del sector industrial manufacturero productor, tanto de medios de producción (maquinarias, herramientas, medios de transporte, etc.) como de artículos de consumo masivo. Solo un fuerte sector industrial, con elevados niveles de productividad social del trabajo, puede garantizar un ritmo elevado de crecimiento del bienestar económico y social de todos los bolivianos, sin excepciones. La industrialización del país, es la clave para la transformación no solo de la base material de la sociedad, sino de toda su estructura política, social, regional, institucional, de manera integral. Desde el punto de vista político social, la Industrialización Integral de nuestro País es ante todo, un proceso de liquidación ineludible de las relaciones sociales de producción capitalista. Nos estamos refiriendo a la necesaria transformación en las relaciones de propiedad de los medios de producción involucrados en el proceso de Industrialización. De otra forma, no se puede planificar, lo que el pueblo en el poder no posee en sus manos. Así mismo, la transformación de las relaciones sociales de producción como sustento del proceso de industrialización, asegura de que los resultados de esta transformación social no beneficien a las clases sociales parasitarias y explotadoras. Implica además impulsar la revolución latinoamericana, para integrar de modo planificado los recursos productivos del continente en favor de los oprimidos y contra la explotación imperialista. Para encarar este desafío, la construcción de una base social de trabajadores, campesinos pobres y clases urbanas explotadas alrededor de un Programa Político como el que plantea el PT, y que defienda el proceso de industrialización sobre nuevas relaciones sociales de producción, tiene carácter estratégico fundamental. La industrialización así planteada, demanda además, incalculables fuentes de acumulación de recursos financieros, tecnológicos y sociales internos, que solamente un Estado Obrero puede asegurar. Por ello, el PT plantea como tareas inmediatas e ineludibles: NACIONALIZACIÓN DE LOS SECTORES ESTRATÉGICOS DE LA ECONOMIA NACIONAL, PARA CREAR LA BASE MATERIAL DE LA INDUSTRIALIZACIÓN (SOCIALIZACION DE LOS MEDIOS DE PRODUCCION) 1. Nacionalización sin indemnización del conjunto de recursos naturales estratégicos, como demandaba la agenda de octubre de 2003, bajo control de los trabajadores: a. HIDROCARBUROS: Toma del control real y efectivo de toda la cadena productiva por la vía de la nacionalización de las siguientes empresas capitalistas: REPSOL, PETROBRAS y otras. b. MINERIA: Nacionalización inmediata y sin indemnización de los conglomerados mineros privados, propiedad del capital internacional y nacional (Shinchi Huayra, Simimoto-San Cristóbal- EMUSA, COMINESA, PAITITI, etc.). Los trabajadores de estas empresas pasan a ser empleados asalariados del Estado y participan en el control obrero real y efectivo de estas empresas. Poner en pie una COMIBOL fortalecida y con control obrero. c. RECURSOS FORESTALES: Revertir todas las concesiones madereras de manos de los saqueadores, que sean loteado el país, que no pagan impuestos y contrabandean nuestra madera. 2. COOPERATIVAS MINERAS: La nacionalización minera debe ir acompañada de una transformación al interior de las Cooperativas, terminando con los pequeños y medianos patrones que bajo el paraguas de “Cooperativas” se enriquecen con el saqueo de los recursos y la explotación de la mano de obra asalariada, como es el pan de cada día en las minas auríferas, la cooperativa unificada de Potosí y otras. Propugnamos la proletarización progresiva de los cooperativistas. 3. REFORMA Y REVOLUCIÓN AGRARIA: Encarar la solución definitiva de la cuestión agraria sobre nuevas relaciones entre obreros y campesinos pobres: Desde el punto de vista político social, la industrialización es la única forma de garantizar la unidad de campesinos y obreros a través de un fuerte sector industrial nacional capaz de proveer toda la maquinaria, equipos, insumos y tecnología al sector de producción agrícola, pecuario y agroindustrial, de manera que así también se garantice la provisión de alimentos de primera calidad para la reproducción de la fuerza de trabajo en el campo y las ciudades. Es decir, en la industrialización del país está la clave de la seguridad alimentaria. Por ello, un factor limitante de gran relevancia en el camino hacia la industrialización radica en la no solución del problema de la tierra. La persistencia de una estructura de concentración de las mejores tierras productivas en propiedad privada con estructuras capitalistas monopólicas y oligopólicas constituye la mayor limitante para alcanzar la verdadera seguridad alimentaria y el desarrollo de la productividad del trabajo en el campo, en base a la industrialización y mecanización intensiva de este sector. Por efecto del desarrollo capitalista en el agro, combinado con formas pre capitalistas de explotación en beneficio del gran capital agroindustrial, el 70 % de la canasta alimentaria ya está concentrada en las empresas agroindustriales de la burguesía agroindustrial nacional, y cada año se reduce más el aporte de los pequeños productores en el mercado. Es la tendencia lógica del capitalismo hacia la aniquilación de los pequeños productores. Por ello, planteamos la inmediata expropiación de latifundio agrario preservado por el MAS en la Nueva Constitución y en los acuerdos con la burguesía agroindustrial del oriente el 2008. En las comunidades que así lo determinen, debe respetarse la reconducción comunitaria de la tierra. El Estado apoyará a la organización de Cooperativas Agropecuarias de pequeños productores para lograr las economías de escala necesarias para la introducción de maquinaria e implementos agrícolas en gran escala. La producción fundamental de alimentos para los trabajadores debe estar en manos de los pequeños y medianos productores organizados. En función a las necesidades de la Seguridad Alimentaria, el PT propugna la Nacionalización de los principales centros de transformación agroindustrial ahora en poder de empresas nacionales e internacionales capitalistas monopólicas (Ingenios Azucareros, la cadena de producción soyera) De esta forma, las cuotas de producción responderán a las necesidades de alimentación de todos los trabajadores, y no a las expectativas de rentabilidad monopólico de estas empresas. 4. Liquidación sin indemnización del sistema financiero privado, y creación de una BANCA ESTATAL ÚNICA, para terminar con el enriquecimiento del sector bancario y financiero privado que –según fuentes oficiales- habría multiplicado sus utilidades por 30 en los últimos 5 años de gobierno evista, mientras el salario obrero está virtualmente congelado y los ingresos de artesanos y pequeños productores campesinos solo se mantiene gracias a una circunstancial subida de precios de materias primas. El sistema financiero privado es la cabeza del conglomerado empresarial capitalista más concentrado de nuestra sociedad, incluye propiedad accionaria de bancos extranjeros, de las más grandes empresas privadas nacionales, y propietarios de extensos latifundios que forman parte de la cadena agroalimentaria del país. Una nueva banca estatal única podrá otorgar créditos baratos a los pequeños productores artesanales, campesinos, gremiales y las cooperativas. 5. CONTROL ESTATAL DEL COMERCIO EXTERIOR. Debe reconfigurarse la forma de inserción internacional de la economía nacional a partir de un proceso de industrialización integral del país, controlada por los trabajadores. Los flujos de exportaciones con niveles medios de transformación industrial en una primera fase, la configuración de una nueva estructura de exportaciones y de inserción internacional cualitativamente diferente a la actual, el control de las importaciones necesarias para la industrialización del país junto a la sucesiva substitución de importaciones, la priorización en el uso de las reservas internacionales, etc., requieren un control y regularización centralizados del comercio exterior. Parte fundamental de esta estrategia consiste en la liquidación del circuito de acumulación capitalista de importantes sectores nacionales y del exterior: Narcotráfico – Sistema Financiero – Contrabando. Basta de que algunas empresas importadoras “legales” y no formales se llenen los bolsillos gracias al dólar barato impulsado por el MAS. 6. La nacionalización e industrialización de Bolivia no es un fin en sí mismo. La industrialización tiene por objetivos asegurar el TRABAJO DE TODOS LOS BOLIVIANOS Y BOLIVIANAS, Y POR ESTE MEDIO, ELEVAR SUBSTANCIALMENTE LA CALIDAD Y EL NIVEL DE VIDA DE LAS MASAS TRABAJADORAS. La propiedad social de los principales medios de producción, del sistema financiero y del comercio exterior, permitirá por primera vez en la historia de nuestro país, gestionar el desarrollo económico y social de manera científica, integral y equilibrada, en beneficio de las fundamentales necesidades de los trabajadores. Para ello, el PT plantea como una de sus principales medidas a tomar, la instauración por Ley, del SISTEMA DE DESARROLLO PLANIFICADO E INTEGRAL DE LA ECONOMÍA NACIONAL, de cumplimiento obligatorio para las Empresas Nacionalizadas del Sector Estatal, y de carácter vinculante para otras formas de producción. CREACION DE LA BASE SOCIAL PARA LA INDUSTRIALIZACIÓN 1. GESTION DEL EXCEDENTE CREADO SOCIALMENTE POR LOS TRABAJADORES ORGANIZADOS: Bajo el actual régimen capitalista, la participación del Salario en la excedente social creado con su trabajo, se ha reducido de manera significativa, lo que representa nada más que una mayor concentración de la riqueza socialmente producida, en manos de los capitalistas., y la profundización de la miseria de los trabajadores. El PT sostiene que la propiedad estatal de los principales medios de producción, del sistema financiero y el comercio internacional, administrados por los trabajadores en el poder mediante el SISTEMA DE DESARROLLO PLANIFICADO E INTEGRAL DE LA ECONOMÍA NACIONAL, representarán el marco necesario para llevar a cabo una distribución del excedente producido socialmente (entendido el mismo, como fracción del producto social neto producido por todas las clases sociales que realizan trabajo productivo). Junto con las necesidades de acumulación de capital Inversión) desde el Estado para la superación del actual patrón de acumulación primaria, hacia una Industrialización Integral como propone nuestro Programa; la gestión de salarios, inversiones y transferencias sociales, rentas de jubilación, etc., deberá sujetarse a la necesidad de mejorar de manera constante y sostenible, la capacidad real de compra del salario en base al parámetro del costo real de la Canasta Familiar Básica con objeto de elevar constantemente el nivel de vida de los trabajadores bolivianos. Por tanto, las directrices para la redistribución del excedente social tendrán un marcado sesgo de clase a favor de los trabajadores asalariados sin exclusiones, con el gobierno del PT. 2. No puede darse una industrialización sobre bases de desarrollo tecnológico arcaico ya superado por la revolución tecnológica en desarrollo constante. Planteamos una REVOLUCIÓN EDUCATIVA INTEGRAL que abarque todo el sistema educativo nacional desde la escuela primaria hasta las universidades, sobre bases científicas y revolucionarias, de manera que la educación está destinada a la formación de trabajadores y científicos predispuestos a trabajar por la construcción de una sociedad socialista de los trabajadores. Durante el proceso de Industrialización, debe ser utilizados todos los conocimientos científicos disponibles a nivel mundial producto del desarrollo socializado de las fuerzas productivas, de los procesos e instrumentos tecnológicos más avanzados, de los conocimientos científicos y su aplicación en la producción. Por una Educación científica que una teoría y práctica. Por una Educación Superior única, científica, autónoma, laica y gratuita 3. IMPULSAR EL CONTROL OBRERO en YPFB, BOA, ENTEL, ENDE, BCB, COMIBOL, LACTEOSBOL, EMAPA, BTV, EBA, BDP, y el conjunto de las empresas estatales de reciente creación. En las actuales empresas de propiedad estatal, se han conformado grupos de “administradores” a nivel ejecutivo, que gestionan las empresas del estado en beneficio personal y de sus grupos de poder, repartiendo además beneficios con empresas proveedoras del sector capitalista privado. Las “nacionalizaciones” del MAS quedan trastocadas en una especie de privatización por parte de la actual burocracia intermediaria, que considera y administra las empresas del Estado como su propiedad privada. Los constantes abusos contra los trabajadores del sector estatal, los continuos casos de corrupción, la coptación por medio de sindicatos pro patronales, la discriminación salarial al interior de las mismas empresas, la persistencia de sistemas de contratación de alta flexibilidad y rotación laboral (consultorias por producto, consultores en línea, personal eternamente “temporal”, etc.), son algunos de los factores que caracterizan esta “dictadura de las burocracias” en el Estado y sus empresas, y que justifican la urgente imposición de un férreo Control Obrero Colectivo por parte de sus trabajadores, desde la COB. El Control Obrero Colectivo será una fase de aprendizaje de los trabajadores cuando se tenga que pasar del Control a la GESTIÓN OBRERA COLECTIVA en una fase cualitativamente superior de la liberación de los trabajadores. 4. SECTORES DE TRABAJADORES GREMIALES Y DE PEQUEÑOS PRODUCTORES RURALES Y URBANOS: Este sector abarca entre el 70 de la fuerza laboral de nuestra economía y está concentrada fundamentalmente en los sectores proveedores de servicios (comercio) y pequeña producción de alimentos varios, ropa, muebles y enseres, y otros artículos; como estrategias de sobrevivencia ante el desempleo masivo generado por el modelo de explotación laboral capitalista. El PT propugna el apoyo estatal al desarrollo de estas unidades económicas familiares, para que vayan superando las relaciones pre capitalistas de producción (y auto explotación) y se integren activamente al proceso de Industrialización Integral de nuestra economía. 5. El MAS ha pisoteado los derechos de AUTODETERMINACIÓN DE AYMARAS, QUECHUAS Y GUARANIS Y DEMAS PUEBLOS INDÍGENAS como queda en evidencia en el ataque feroz y al servicio de las trasnacionales del programa IIRSA como en el TIPNIS. Defendemos el más pleno derecho de autodeterminación de los pueblos indígenas del altiplano y de la amazonia. ¡basta de usar al indígena para la propaganda mediática al igual que hicieron los neoliberales con el multiculturalismo! Propugnamos la profundización de los derechos políticos y culturales de las nacionalidades oprimidas por el Estado Boliviano (lingüísticos, de organización económica, culturales y de autonomía) 6. Impulsar una NUEVA LEY DE PENSIONES tal como indica el código de seguridad social basado en el aporte tripartito (Estado, Patrones y aporte laboral), oponiéndola a la nueva ley neoliberal del MAS (Ley 065): a. Modificar la fórmula de cálculo de la compensación de cotizaciones de tipo global y mensual. b. Debe otorgarse el mismo tratamiento jubilatorio de las Fuerzas Armadas o Aporte Tripartito, para todos los trabajadores del sector estatal y privado, para obtener una jubilación igual al 100 % del promedio de los últimos 24 meses trabajados (totales ganados) c. Administración obrera mayoritaria en las AFP y aseguradoras, sobre la administración de pensiones de corto y largo plazo, incluyendo la gestión de sus utilidades. d. Saneamiento de la entidad pública administradora de pensiones, cárcel para los corruptos en estas entidades, que saquean los recursos de los trabajadores. 7. DEROGATORIA INMEDIATA DE TODA LA ESTRUCTURA JURÍDICA EXISTENTE A LA FECHA EN TORNO AL MODELO DE GESTIÓN CAPITALISTA, CON EL DS 21060 y Promulgación de la NUEVA LEY DEL TRABAJO, en conformidad con las nuevas tareas del movimiento obrero asalariado y que defienda los derechos laborales y sociales de todos los trabajadores de los sectores público y privado. Debe acabarse con la discriminación existente entre la actual Ley del Trabajo pro patronal y el tristemente célebre Estatuto del Funcionario Público. 8. LIQUIDACIÓN DEL DESEMPLEO: Solamente un plan integral y científico de desarrollo de la sociedad y la economía posibilitará acabar totalmente con una de las peores lacras del capitalismo, que es el desempleo. Los nuevos yacimientos de empleo bajo el gobierno de los trabajadores del PT serán: La distribución de la tierra a los trabajadores y campesinos sin tierra, el desarrollo de cooperativas de producción agro pecuaria y agroindustrial que requerirán nuevos contingentes de técnicos calificados, el desarrollo planificado del sector de transformación industrial, y el desarrollo de servicios conexos a las necesidades del sector industrial: investigación y desarrollo tecnológico, sistemas de comunicación y transportes, sectores de generación energética, comercio, vivienda y otros servicios. En este sentido que el PT plantea la reducción del nivel máximo la jornada de trabajo (8 horas), acorde a las conquistas logradas por los trabajadores a nivel mundial (que ya cuentan con jornadas de trabajo de seis horas) En la necesidad de consolidar el poder obrero en torno a sus organizaciones sindicales, como primeros pasos en esta dirección, el PT propugna la sindicalización obligatoria de todos los trabajadores en unidades económicas con más de 9 empleados, y la organización en sindicatos, de trabajadores desocupados. 9. Impulsar un PLAN NACIONAL DE VIVIENDAS SOCIALES financiado por los sectores ricos y adinerados de la población y grandes empresas públicas y privadas. El objetivo debe ser el de lograr el 100 % de cobertura en vivienda y servicios básicos en los primeros 5 años de gobierno de los trabajadores con el PT. la vivienda debe ser un derecho, nunca una mercancía ni fuente de acumulación de plusvalía social como lo es bajo el capitalismo. El Plan Nacional de Vivienda Social será una de las principales fuentes de generación de empleo permanente para la mano de obra calificada nacional, y por sus encadenamientos sectoriales tan amplios, posibilitará el desarrollo de todos los sectores de proveedores de insumos para la construcción. Debe contemplarse la NACIONALIZACIÓN SIN INDEMIZACIÓN, DE PROVEEDORES (CEMENTO, CAL, YESO) CON POSICIÓN OLIGOPÓLICA en el mercado, que encarecen substancialmente el costo de construcción de las viviendas. 10. APERTURA DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD Y CONTROL OBRERO COLECTIVO de toda empresa privada que amenace con despidos o suspensiones. Las empresas del sector privado que caigan en quiebras fraudulentas serán entregadas en Propiedad Socialista a sus trabajadores en compensación a sus beneficios sociales. 11. Apoyar la demanda de REESTRUCTURACIÓN DE LA CNS planteada por la COB. Basta de atropellos constantes a los trabajadores, trabajadoras y usuarios de los hospitales del sistema público de salud. RUPTURA CON EL CAPITAL FINANCIERO INTERNACIONAL 12. Denuncia al pago de las indemnizaciones millonarias a las empresas capitalistas que fueron “nacionalizadas” por el gobierno del MAS. Todas estas empresas ya hace mucho tiempo recuperaron sus inversiones mediante el robo, contrabando y sobreexplotación de nuestros recursos naturales y financieros, además de la explotación de los trabajadores bolivianos. Las empresas capitalistas nacionales y extranjeras continúan solventando los movimientos de la extrema derecha y el fascismo contra el pueblo bolivianos. Deben hacerse públicas las auditorias a las empresas nacionalizadas del sector hidrocarburos y energía eléctrica. El gobierno del MAS ha comprometido más de US$ 1.600 millones de dólares en el “justo resarcimiento” por compra de acciones a las empresas “nacionalizadas” luego de que éstas han saqueado nuestras riquezas naturales. 13. NO PAGO DE LA FRAUDULENTA DEUDA EXTERNA (4.281,5 millones de dólares a diciembre 2012), previa auditoria a la contratación de deuda externa superflua (como es el caso de los denominados “bonos soberanos” que fueron contratados por “razones de imagen internacional” a decir del Ministro de Hacienda del gobierno del MAS), y auditoria del endeudamiento interno (US$ 5.120 millones) con el sistema financiero privado, que constituye una de las principales fuentes de redistribución de la plusvalía social a favor de la oligarquía financiera nacional e internacional. No se puede seguir untando de grasa al cerdo capitalista. 14. REPATRIACIÓN DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES (US$ 14.042 millones, a febrero 2013) depositadas actualmente por el gobierno del MAS en los bancos del capital financiero internacional. En plena crisis del sistema capitalista mundial, cuyo núcleo fundamental de especulación es el sistema financiero internacional, nuestras reservas internacionales apalancan las operaciones de guerra financiera contra los trabajadores de todo el mundo, patrocinados por el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Organización Internacional del Comercio, Banco Interamericano de Desarrollo, Corporación Andina de Fomento, etc. Un gobierno de los trabajadores no puede mantener las Reservas Internacionales en inversiones en fondos de especulación financiera sometida a altos niveles de riesgo y bajo control del capital financiero y especulativo internacional. EN EL ÁMBITO INTERNACIONAL 15. Los trabajadores de nuestro país se enfrentan a un ámbito internacional signado por la crisis del capitalismo monopolista, y por la acentuación de la lucha de clases. En la segunda década del siglo XXI, una nueva generación de jóvenes y trabajadores se enfrenta a una crisis económica y social sin precedentes, en condiciones políticas radicalmente cambiadas en relación al siglo precedente. Las dificultades e impasses políticos enfrentados le abren lenta y dolorosamente el camino de la superación política. La crisis mundial determinó la caída en secuencia de los regímenes políticos, inclusive con revoluciones, en particular en el norte de África y en Oriente Medio. El “renacimiento” de la lucha de clases fue, así, el elemento más relevante de la política mundial en el último quinquenio. De las rebeliones árabes a los indignados de Europa y los Estados Unidos, de las huelgas obreras de China (país con el mayor número de huelgas en el mundo) hasta la lucha estudiantil chilena, la tendencia a la rebelión de la juventud y de las masas pobres recorre el mundo. En el horizonte mundial sólo hay quiebras, daños contra los trabajadores, reestructuración económica y social de conjunto. La percepción de la revolución social nace cuando la contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas se torna socialmente incontrolable. Hasta los sectores menos organizados y más recientemente estructurados de la clase obrera mundial comenzaron a movilizarse. El movimiento de clase existe, y tiene una dimensión más extensa geográficamente, y más internacional, que en cualquier era del pasado. 16. Ese movimiento enfrenta, sin embargo, la teoría del “fin de la clase obrera” y un discurso político centrado en la lucha contra la desigualdad social, no en la lucha de clases. El desarrollo de la crisis y la lucha de clases ha dejado al desnudo los límites insalvables de los movimientos pequeños burgueses que reivindican el anticapitalismo sin plantear el gobierno obrero y campesino. El movimiento de protesta que comenzó en Túnez en diciembre de 2010 se extendió en seguida para Egipto y España, después globalmente. Las protestas alcanzaron Wall Street y decenas de ciudades en los Estados Unidos. La globalización del capital financiero, asociada con el proceso de restauración capitalista en China y Rusia, no abrió una salida de largo plazo a la crisis del capital, pero creó un océano de deudas que cubrieron el planeta como bombas-reloj. En el período 2002/06, la espiral de la crisis fue desviada y dos motores interconectados, la expansión del crédito en los Estados Unidos y el crecimiento industrial de China, permitieron el crecimiento de la economía mundial. Después, los dos motores comenzaron a parar, y el primero explotó en 2007-2008. La contracción de la economía mundial intenta ciegamente eliminar la masa de capital excedente que obstruye el proceso de acumulación capitalista. 17. En la crisis, la línea de pobreza (renta de menos de US$ 1,25 por día/ persona) continuó creciendo, llegando a 41,7% de la población mundial (más de 2,7 mil millones de personas): los Objetivos del Milenio de la ONU contaban bajar ese porcentaje a 20,9% (1,4 mil millones) en 2015. Los países que elaboraron programas de ampliación de la producción de alimentos por pequeños agricultores fueron “inmovilizados” debido a falta de financiamiento. Las previsiones sombrías de la FAO fueron superadas: se previa que 1.300 millones de personas pasaría hambre en 2020 (la cifra fue alcanzada una década antes). El porcentaje de desnutridos se situó en 16% de la población mundial, retornando al nivel del período de 1990-92 (entre 2003 y 2005 la población subnutrida, que consume menos de 1800 calorías al día, era de 13%, la diferencia de 3% significa el ingreso en la categoría de hambrientos de 200 millones de personas). 46 millones de norteamericanos, una cifra inédita, viven en la pobreza. En la Unión Europea la tasa oficial de desempleo de los solicitantes con edad entre 15 y 24 años es de 20,3%, siendo en realidad bien superior. 18. El agua es la otra cara del drama del hambre. 1.300 millones (más de un sexto de la población mundial) no dispone de agua potable, y 2.600 millones no acceden al saneamiento básico. En 2050, en la proyección del Instituto Internacional del Agua, la cantidad de agua necesaria para la fabricación de biocombustibles (que consumen 100 millones de toneladas de granos, 5% de la producción global) equivaldría a la requerida por el sector agrícola para alimentar al conjunto de la población mundial. La crisis ecológica (ambiental) se agrava al máximo debido a la crisis capitalista, con la que se encuentra estrechamente vinculada. Aumento de la pobreza, de la precarización laboral, del desempleo, de la super-explotación, del hambre, de la sed, de la destrucción ambiental: la crisis del capital evidencia de modo brutal la tendencia hacia una regresión social y de civilización sin precedentes. Al mismo tiempo, una elite “global” de super-ricos esconde entre US$ 21 y 32 billones en paraísos fiscales (cifras de 2010), el volumen de las economías de los Estados Unidos y Japón juntas. 19. Al recrudecimiento internacional de la lucha de clases se opone la preparación y lanzamiento de nuevas guerras. Desde la guerra contra la ex Yugoslavia, las guerras se han ido desencadenado sucesivamente y ahora amenazan con un holocausto contra Irán y la limpieza étnica final contra la nación Palestina. Mientras somete a los pueblos a horrores infinitos, el capitalismo mundial va cavando más hondo su propia tumba. El imperialismo no cuenta con la fortaleza histórica y el aval social para desatar una tercera guerra mundial. Antes debería someter a las masas con el método del fascismo. La posibilidad de ganar estas guerras con economía de recursos materiales y humanos, apelando la guerra aérea y a la conscripción militar voluntaria, ha fracasado. La OTAN se encuentra empantanada en todos los terrenos en que se ha desplegado: la ex Yugoslavia, Irak, Afganistán y la ex Asia soviética. La guerra continuó siendo, en el último quinquenio, la mayor manifestación de la barbarie. 20. La lucha de los pueblos y de los trabajadores tiene, por eso, alcance mundial. En los últimos años, hubo una recomposición de la clase obrera mundial, con la incorporación de millones de nuevos trabajadores, que protagonizan combates de clase, en Grecia, Francia, Italia, Alemania, pasando por América Latina, la recuperación del activismo de la clase obrera rusa y en Europa del este, de los trabajadores sudafricanos y de la clase obrera china. Está, por eso, más que nunca, planteada la construcción de una Internacional Obrera fundada en el programa de reivindicaciones transitorias hacia la dictadura proletaria y el socialismo. Es necesario desarrollar una política internacional de apoyo a todos los movimientos de lucha contra el imperialismo y el sistema capitalista: impulsar la lucha por la Unión de Repúblicas Obreras y Campesinas de Latinoamérica, empezando por apoyar la lucha de los estudiantes chilenos contra el régimen pinochetista y por una educación gratuita y de calidad, estableciendo lazos de solidaridad y acción común con los sindicatos y organizaciones obreras del continente que vienen peleando contra la burocracia sindical en Argentina o Brasil. Apoyar incondicionalmente las luchas de los trabajadores y campesinos peruanos contra el gobierno de Humala y su acuerdo entreguista de la minería en Conga. Solidaridad con el pueblo de Haití: fuera las tropas bolivianas, brasileñas y argentinas de la isla. Fuera las bases militares gringas de Colombia y otros países de América Latina. POR EL GOBIERNO OBRERO Y CAMPESINO POR LA UNIDAD SOCIALISTA DE AMÉRICA LATINA POR LA SOLIDARIDAD MILITANTE CON LOS TRABAJADORES Y OPRIMIDOS DEL MUNDO ENTERO. Por UN PARTIDO DE LOS TRABAJADORES, (REVOLUCIONARIO, OBRERO, ANTI-IMPERIALISTA, DEMOCRÁTICO Y DE MASAS)

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