SOMBRÍO PANORAMA PARA LAS EXPORTACIONES TEXTILES BOLIVIANAS

SOMBRÍO PANORAMA PARA LAS EXPORTACIONES TEXTILES BOLIVIANAS Por: Phuru Runa El 8 de mayo en la prensa nacional se divulgó la noticia en la cual la Confederación de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), denunciaba que las exportaciones de textiles con rumbo a Venezuela estaban demoradas por el retraso en los pagos a microempresarios por la exportación de por lo menos 300.000 prendas de vestir a ese país. Estas exportaciones que están patrocinadas por el Gobierno boliviano dentro del Acuerdo ALBA -TCP, buscan sustituir al mercado estadounidense después de que ese país eliminara a Bolivia de los beneficios del ATPDEA. Esta noticia que mereció poca atención en los medios y una respuesta escueta del gobierno, obviamente negando tal situación, debería ser motivo de preocupación de la clase obrera nacional, pues es una muestra de la debilidad del sector productivo textil y la dependencia de un principal comprador en el exterior. En general, el desarrollo de las fuerzas productivas de un país, que a su vez corresponde a un grado desarrollo de las relaciones sociales de producción, determinan su grado y forma de inserción al mercado mundial y por ende el papel que juega nuestro país en la economía capitalista mundial. La economía boliviana en estos tiempos del Proceso de Cambio y de la Economía Plural, al contrario de la lírica del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno, ha profundizado su rol de proveedor de materias primas de las economías industrializadas con un precario sector manufacturero y semi-manufacturero. La incapacidad como clase de la burguesía boliviana de industrializar el país refleja su chatura tanto para poder abastecer al mercado nacional, como para poder insertarse al mercado mundial, pues al concurrir al mercado internacional como competidor, cargando tras de sí toda la estructura productiva precaria, depende no solo de los avatares de la oferta y demanda mundial, sino de otros factores de carácter político. Este es el caso de las exportaciones de textiles y confecciones bolivianas . A diferencia de la mayoría de los exportadores de otros países, los nuestros además de las preferencias arancelarias dependen de convenios multilaterales o multilaterales de carácter político, sin las cuales la capacidad de exportación es exigua. Por ello no es de extrañar que los mercados más importantes para las confecciones bolivianas sean fruto de este tipo de convenios, antes Estados Unidos mediante el ATPDEA y hoy Venezuela con el ALBA-TCP. La primera, otorgada a gobierno bolivianos neoliberales sometidos directamente al Imperio estadounidense, condicionada principalmente a lucha antidroga y la permanencia de la DEA en Bolivia; la segunda, dentro de la ideología del llamado “Socialismo del Siglo XXI”. En ambos casos, se evidencia la pequeñez de nuestra burguesía que se refleja en la escasa cantidad de empresas exportadoras, el estrecho número de productos, la poca diversificando de mercados y la dependencia de un solo mercado de importancia. En la primera, el ATPDEA benefició prácticamente a una sola empresa, América Textil S.A. –AMETEX, la única empresa de confecciones en algodón que se encontraba en mejores condiciones para ingresar a ese mercado, así como un pequeño sector de productores en confecciones en alpaca para mercados exclusivos. Por el contrario, en el segundo caso, el gobierno del MAS fiel a su concepción del “socialismo del siglo XXI” de crear una burguesía nativa, apoya a la micro y pequeña empresas para ingresar al mercado venezolano, como forma de sustituir hasta ese entonces al principal mercado de exportación, especialmente en confecciones, objetivo que bajo el discurso del gobierno se habría logrado. Sin embargo, revisando los datos de exportación del Instituto Nacional de Estadísticas – INE, representados en el Gráfico 1, el valor de las exportaciones de confecciones y textiles entre el 2000 y 2012 presentan un comportamiento variable, siendo errático en la gestión del gobierno del MAS, alcanzado su mayor valor de exportación el 2008 con $us. 119 millones, de los cuales $us. 78,7 son textiles y $us. 40,3 millones confecciones. Por el lado de los textiles, siempre en términos de valor de exportación, este siempre fue inferior a las confecciones, a excepción del año 2008. Específicamente, las exportaciones por valor de confecciones desde el 2007 se incrementan de $us.36,9 millones hasta $us. 53,2 millones el 2010, pero luego caer a $us.37, 1 millones el 2011 y $us. 36,1 millones el 2012. Pero la cuantía de la producción exportada en volumen tiene una diferente evolución. De acuerdo al gráfico 2, desde el 2006 paulatinamente las exportaciones de textiles y confecciones van decayendo de 13,9 miles de toneladas el 2006 a 4,2 miles de toneladas, en ningún caso se iguala al año 2000 que en total exportó 16, 8 miles de toneladas. Solo las confecciones entre el 2006 al 2012 cae de 4,3 a 2,5 miles de toneladas. Los textiles por su parte cae bruscamente, pues de 9,6 miles de toneladas el 2006 llega a 1,7 miles de toneladas el 2012. Las caídas de producción implican mayor capacidad ociosa y por ende despidos de obreros a fin de mantener la tasa de ganancia de los empresarios. Pero a qué se debe que los valores de exportación no correspondan en su evolución a los volúmenes de exportación?, pues a los precios a los que se vende los productos. En el siguiente gráfico, se comprueba que lo supuesta bonanza se dio solamente por el incremento del precio de los productos de confecciones y textiles, en especial desde el 2008, aunque la producción decayó. En el Gráfico 3 el precio, dólar por kilogramo exportado, muestra que en el total de textiles y confecciones se da un crecimiento excepcional de 5, 1 Dólar/Kg el 2007 a 10, 1 dólar/Kg el 2008 para llegar a 16,1 dólar/Kg, comportamiento insólito que normalmente se presenta en exportaciones de materias primas y en condiciones de alta demanda internacional, no así en este sector, pues su tendencia es mantener el precio o bajar el mismo, o en el mejor de los casos tener crecimientos muy moderados en los precios. La causa de este fenómeno se encuentra justamente en los precios pagados por producto exportado de acuerdo a los países. Centrándonos en los precios de las exportaciones de confecciones se aprecia que a partir del 2006 las exportaciones a Venezuela registran los mayores precios de exportación (Gráfico 4) respecto a los de Estados Unidos y al precio promedio de los demás países. Por ejemplo para el 2012 Venezuela compró a $us. 22,15 por Kg, frente a $us.12,32 por kilogramo de Estados Unidos y $us.7,07 de Chile y $us. 9,08 de otros países. En 2007 se presenta un precio de $us. 62,19 por Kg. algo realmente excepcional. Como se aprecia a pesar del incremento en el valor de las exportaciones en determinados periodos, se presenta una franca caída de la producción para la exportación, al igual que la producción para el mercado interno, con incidencia directa en el empleo y en los bajos salarios para los trabajadores. Esta situación parece irreversible si se sigue apostando a una clase social que se encuentra en franca decadencia y tiene una incapacidad de cumplir su rol histórico de industrializar el país.

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