La “borocotización”* de la COB

Por Alejandro Guerrero

La Central Obrera Boliviana convocó a votar por el Sí, de acuerdo con lo resuelto por un ampliado que sesionó en Trinidad el 15 de diciembre del año pasado.

El primer punto de aquella resolución manifestaba la decisión de la COB de "continuar la lucha inclaudicable hasta lograr que el proceso de cambio continúe hasta expulsar a la derecha fascista y reaccionaria... asimismo coadyuvar con la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado".

Un contrasentido en toda la línea, porque "el proceso de cambio" que la COB ha salido a respaldar no se orienta hacia la expulsión de "la derecha fascista" sino, por el contrario, a conciliar y pactar con ella, y producto de esa conciliación y de ese pacto es precisamente la Constitución que la Central Obrera ha decidido avalar.

Conviene recordar que, en su momento, la COB dio la espalda al proceso político vivo de Bolivia y tuvo una permanente actitud abstencionista en todas las elecciones que expresaban, deformadamente o no, la resistencia de los explotados bolivianos frente a la derecha, a la reacción más concentrada. En cambio, cuando definitivamente Evo Morales acuerda con esa reacción, la COB lo respalda. Otra vez se demuestra hasta qué punto el sectarismo es el taparrabos del oportunismo.

En el segundo punto de la resolución de Trinidad, el ampliado de la COB da la clave para entender la voltereta: "Se aprueba -dice ahí- que la Ley General de Pensiones propuesta por la COB debe ser aprobada en la presente gestión parlamentaria..." En febrero del año pasado, la Central Obrera contestó con la convocatoria a la huelga general al intento reaccionario del gobierno de Morales en materia de pensiones, que establecía la edad de retiro a los 60 años con un haber miserable de poco más de 500 bolivianos (unos 70 dólares) y que causo la muerte de dos mineros de la combativa Huanuni. La COB hizo su propia propuesta de ley, que ha sido dejada a un lado cuando el gobierno este 18 de diciembre aprobó su propio proyecto de Ley en el parlamento, consolidando la reforma de pensiones neoliberal.

A cambio de la promesa de aprobar esa ley, la COB avala una Constitución que consolida el latifundio, entre otras cosas. Esto es: se han dejado cooptar por muy poco o por nada, si se tiene en cuenta que la crisis económica internacional ya golpea fuertemente a Bolivia con la caída de los precios de hidrocarburos y de las exportaciones: Brasil, por ejemplo, ha reducido drásticamente sus compras de gas boliviano. Por tanto, la política de concesiones que por el momento ha permitido a Morales edulcorar su política reaccionaria empieza a tener final abrupto.

Pero hay más. En el último punto de esa resolución se dice que "todos los dirigentes que infrinjan los estatutos y reglamentos de la COB pasarán al tribunal disciplinario". Esa decisión apunta directamente a Jaime Solares, ex secretario ejecutivo de la COB y actual titular de la Central Obrera Departamental de Oruro, pero afecta a todo el movimiento obrero de Bolivia y ante todo a la propia COB. Por primera vez se amenaza con llevar a los disidentes a un tribunal de disciplina, cuando la organización sindical, por definición, es un conglomerado de corrientes políticas diversas y, por tanto, de disidencias. La COB pretende terminar con la democracia sindical, con las grandes tradiciones del proletariado boliviano. A eso han llegado los ex "abstencionistas".

PRENSA OBRERA, 29 DE ENERO 2009

* Término con el que el castellano define a quien "pasa de una ideología o colectividad a otra"

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