¡BASTA SR. EVO MORALES, USTED ESTÁ OBLIGADO A SOMETERSE A LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES!

Olga Flores Bedregal (*)

El 25 de septiembre el gobierno culmina el definitivo quiebre del orden legal y la institucionalidad democrática del Estado Plurinacional, a partir de entonces vivimos un régimen de facto, tal cual, como en las épocas de la dictadura, en donde la voz del presidente es ley. Ya nadie tiene garantizados los más elementales derechos, ni siquiera los niños, como el derecho a la vida, la seguridad y la libertad. Y por tanto, todos vivimos en zozobra. Cualquiera de nosotros, cuando se le ocurra al gobierno, puede ser perseguido y apresado.



De un tiempo a esta parte, el gobierno ha hecho tabla rasa de la ley y de su propia Constitución, interviene conversaciones telefónicas, detiene irregularmente a las personas, allana domicilios particulares, apresa sin orden de detención ni justificativo alguno, calumnia y difama a su regalado antojo, conculca masivamente nuestros derechos protegidos constitucionalmente como el derecho a la vida, la libertad de expresión, de circulación o el respeto a nuestra dignidad. Todos debemos “andar con el testamento bajo el brazo” porque nadie sabe si será reprimido por su opinión o accionar; el pensar de manera diferente al gobierno es suficiente motivo para ser criminalizado, asimismo trabajar en instituciones legales, como son las ONGs, puede ser motivo de persecución.



En el caso de la VIII Marcha Indígena fue criminalizada desde el primer momento, más de 47 días de agresión verbal, 30 de conculcación de derecho de circulación y libertad de expresión 4 de privación de acceso al agua. Por parte de los indígenas paradójicamente lo único que piden de manera totalmente legal y pacífica es el cumplimiento de la Constitución y Convenciones internacionales en materia de derechos de los pueblos indígenas y del medio ambiente.

Vivimos pues un régimen de facto, apoyado en la fuerza de la mayoría, como en el fascismo, donde la hegemonía del discurso oficial, es la única ley a la que deberíamos someternos; por eso el gobierno sataniza a los opositores, acusándoles de “derechistas” como el nazismo lo hizo contra el comunismo, los gitanos o los judíos. En su criterio todos debemos pensar y sentir lo mismo: venerar a Evo Morales y al proceso de cambio. Para esto, al igual que el nazismo, utiliza la propaganda y los medios de comunicación del Estado.



EN BOLIVIA, VIVIMOS UN TERRORISMO DE ESTADO



Se ha vuelto política de Estado, amenazar de manera pública y sistemática el disenso, se lo hace mediante la propaganda y el discurso en el que se instiga o comete delito o la apología del delito. El presidente cometió un delito al pinchar los celulares de los dirigentes indígenas, pero hace público este delito con el propósito de amedrentar a todo el país para que nadie ose tener una conducta que no sea de su agrado, quiere asustarnos para que todos nos cuidemos de no hablar a quien queremos lo que nos viene la gana. Este crear miedo no es otra cosa que terrorismo de Estado.

Las amenazas a quienes se oponen a las elecciones judiciales, es una demostración de que no habrá de aquí en adelante ninguna elección libre y cuyo resultado se respete en caso de ser adverso al gobierno.

La propaganda también es groseramente amenazante, hay spots que satanizan a los indígenas y a la derecha. Además se descalifica a los medios de comunicación que informan de la noticia desde otro ángulo, sólo debe informarse de los hechos en la forma que quiere el gobierno. Así estamos frente a un régimen totalitario que amenaza y crea un terrorismo de Estado. Se siembra miedo para obtener la pasividad de un pueblo frente a la arbitrariedad. Ese miedo que instaura el Estado para mantener su dominio se llama “terrorismo de Estado”.

El 25 de septiembre con la Masacre de Yucumo, si señor, fue masacre aunque posiblemente no hubiera habido un solo muerto, lo fue por el efecto traumático que tuvo, por la agresión y la intencionalidad de exterminio y sojuzgamiento ( Es conocido que los torturadores no dejan huellas de sus torturas), el primer gobierno del Estado plurinacional pone de manifiesto que no cumplirá las leyes y la Constitución y que gobernará como le da la gana, ya nadie goza de protección, ni siquiera los niños, que en cualquier momento pueden ser arrestados y separados de sus padres.

Además que el gobierno reconoce la existencia de grupos de choque armados y organizados por él como una fuerza parapolicial, cual son los “movimientos multiculturales” de colonizadores, que tienen impunidad para delinquir por eso pueden atracar en los caminos, detener vehículos, privar de alimento a un grupo humano, sin que la policía ni la fiscalía, ni autoridad alguna los detenga como manda la ley. Además el gobierno utiliza los medios de comunicación estatal como la Red Patria Nueva para instigar a la violencia cuando desde sus ondas se llama a los colonizadores “a reforzar los bloqueos”.

Se ha instaurado un régimen que no tiene ninguna legitimidad ya que gobierna violentando la Constitución y las leyes. El gobierno podrá tener la mayoría, si es que la tiene, pero eso no le da derecho para violentar las leyes, eso hay que recordarle al Sr. Evo Morales y a los acólitos del gobierno que tienen responsabilidad mancomunada sobre estos delitos cometidos. Hay que recordar también que en Bolivia tenemos una larga trayectoria de lucha contra las dictaduras y contra la arbitrariedad, y se impondrá más temprano que tarde el retorno a la democracia. Dictaduras nunca más.

(*) Olga Flores Bedregal, es activista de derechos humanos, contra la impunidad de los regímenes dictatoriales.

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