Anarquismo, contracultura y criminalización

Anarquismo, contracultura y criminalización Patria Insurgente :: 04.06.12 - 12:36 :: Boletines Anarquismo, contracultura y criminalización Frente a la detención de varios militantes libertarios y su sindicación de terroristas, por parte del gobierno del MAS, debe quedar claro, que este es un paso que el mismo gobierno deberá saber sopesar en cuanto a sus significaciones y alcances. No se trata de mirar bombas, sino de responder con claridad meridiana si el nuevo Estado Plurinacional no ha dejado de ser más de lo viejo que ya conocíamos. Si esto es cierto, entonces no debe extrañar que suenen voces que cuestionan este fraude histórico. Esta impugnación no se soluciona metiendo a militantes por la vida en la cárcel, pues con ello -demuestra el actual gobierno- donde se encuentra. Solidaridad y libertad para los presos libertarios y anarquistas. Anarquismo, contracultura y criminalización El presente Boletín, recoge un breve análisis y varios pronunciamientos sobre un tema, que el Estado Plurinacional o sencillamente el gobierno de Evo Morales ha decidido darle realce político, policiaco y judicial: se trata de la detención de militantes libertarios sindicados de terrorismo, situación que refleja una agudización de la crisis política entre el gobierno y diferentes sectores populares, al tiempo de evidenciarse varios rasgos que hacen a una política de criminalización de la protesta social. La interpelación al Estado: un tema no sólo de anarquistas El anarquismo en Bolivia, tiene un profundo proyecto libertario ya que reivindica al pueblo y la liberación social por encima de la construcción estatal. El dibujo de un nuevo Estado (plurinacional para el caso boliviano) no se vio traducido en un proceso de liberación nacional y social verdadero, es más la supuesta nueva institucionalidad (pachamámica) apenas logró algunos aspectos de dignificación de viejos actores sociales marginados (pueblos indígenas) y de reconocimiento de algunos de sus derechos, pero como la misma Constitución Política del Estado lo señala, estos son “derechos progresivos”, es decir, de aplicación futura indeterminada. La gama de nuevos derechos proclamados son lindos sólo en el papel, en la práctica no se implementan. Si el MAS hubiera efectuado cambios substanciales en la relación de subordinación entre el Estado y la sociedad, es decir, pueblo, seguramente muchas expresiones anarquistas estarían “comiendo de la mano de Evo”. Pero esto no ha sucedido. Pero, fijémonos un poco en el anarquismo actual en Bolivia, éste se ha desarrollado como una especie de contracultura frente a la llamada “Revolución Democrática y Cultural”, ha dejado en un segundo plano la interpelación al Estado Colonial, Republicano, Neoliberal y actualmente Rentista, Populista y Plebendal, en otras palabras, no impulsaron un verdadero Juicio Político al Estado, un posicionamiento histórico, sino un cuestionamiento más desde las ideas y la cultura. Este movimiento de mujeres y hombre se desarrollaron como expresiones culturales, artísticas, musicales, de simbolismo y simbología, asumiendo la defensa del Tipnis, los derechos reales de las mujeres y de los pueblos indígenas frente a las agresiones del nuevo Estado Plurinacional. Dejar la historicidad para asumir lo cotidiano, motiva, al anarquismo a transitar hacia lo libertario y a caminar por los senderos de la insurgencia. Ver sólo bombas muestra la estrategia criminalizadora del Estado La acción del gobierno, de acusar a un grupo de libertarios por actos de terrorismo da un giro en el tablero político de la coyuntura boliviana. Hay dos implicaciones que deben quedar claras: 1. Da continuidad a la criminalización de la protesta social que asume el gobierno frente a las expresiones populares de cuestionamiento a la institucionalidad y gestión de gobierno de Evo Morales. Para no darle vueltas con muchas palabras, les mostramos algunas imágenes que relacionan dicho movimiento represivo que nace con la violencia estatal frente a la protesta social en Caranavi, durante los primeros meses del 2010. Luego viene la represión a la Octava Marcha en Defensa del Tipnis y la persecución de ciudadanos peruanos, refugiados políticos, incluyendo la expulsión del país de un ciudadano boliviano de menos de 2 años. 2. Explícita la existencia de un ABANICO variado de organizaciones, que no son de derecha (por que la derecha ya está dentro del gobierno) que se ponen al frente del MAS. Se trata de la consumación de la implosión de todo este proceso. Da aquí en adelante, debe quedar claro, que la lucha es por definir la hegemonía, pero ya no como la expresión de bloques históricos (derecha–izquierda) sino como la disputa divergente entre el gobierno indigenista y las opciones de la insurgencia, conglomerado de las voces del silencio, que poco a poco levantan cabeza y dicen su palabra, ya sea a través del lenguaje, de la movilización, de la marcha y también de la dinamita…

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